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Que pasa cuando no se guarda la intimidad de la mujer

July vive en una pequeña ciudad, en la cual el juicio más difícil que le tocó enfrentar fue el de sus vecinos y compañeros de trabajo, cuando la noticia de que había abortado se difundió rápidamente luego de que le iniciaron un proceso penal por interrumpir su embarazo a inicios del año pasado.

“En ese momento uno es juzgado por miles de personas, y aunque en ocasiones uno consigue lidiar con el problema muchas veces se desplaza a los familiares, en mi caso ellos sufrieron mucho, en especial mis hijos” afirma July, una mujer de 27 años. “al igual que yo mis hijos también fueron prejuzgados, crucificados y condenados, como si la gente pudiera hacer justicia por cuenta propia”.

Esta historia donde la protagonista es July, no es una historia aislada en un país en el que hay tramitados centenares de procesos en contra de mujeres acusadas de abortar.

El aborto en un país como Brasil solo es permitido en algunos casos, por decisión del Tribunal Supremo Federal, la pena para una mujer que provoque la interrupción de su embarazo es hasta de 3 años de prisión.

Cuando July descubrió su embarazo estaba recién separada y sostenía una relación con un joven, y sintió que no tenía las condiciones ni económicas ni psicológicas para tener otro hijo, “ya sabía cómo era tener hijos, la responsabilidad que esto conlleva, y la responsabilidad que siempre recae sobre la madre, ya que si está enfermo es la madre la que lo debe de cuidar, y no puede faltar al trabajo mucho tiempo porque se descuenta, yo sabía que no quería tener otro hijo”.

Los preservativos como la píldora tienen un 99% de seguridad, pero qué pasa con el 1%, cuando ocurre, pero la mujer no quiere.

Después de que lo intento con métodos caseros como tés, adquirió un medicamento abortivo, por temor a cuál sería la reacción de su familia y amigos, decidió tomar el medicamento sola en casa, y no se lo contó a nadie. Pero luego de esto comenzó a sentir fuertes cólicos por efecto del medicamento, el cual produce contracciones en el útero antes de que el feto sea expulsado, asustada buscó ayuda en un hospital.

Por el primer médico que fue atendida la ayudó, el medicamento aún estaba en el cuerpo de July, este médico le dijo que iba a tratar como un aborto instantáneo y que estaba ahí para brindarle ayuda y no juzgarla, pero el turno de ese médico terminó y cuando aún se encontraba en curso el aborto, y aun bajo los efectos de la medicación.

Cuando el médico se fue el dolor aumentó y comenzó con el proceso para expulsar el feto, la enfermera que la atendía le contó lo a la doctora que asumió el turno sobre el aborto., y esta le contó a la policía. La policía llegó inmediatamente al hospital e interrogó a July cuando aún estaba sangrando. Al expulsar el feto tuvo una contracción.

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La policía presionó a July para que dijera la verdad, de lo contrario sería esposada y llevada a un presidio, al final la mujer terminó confesando que había tomado pastillas abortivas, en medio de la conversación ella dio el nombre de la persona que le vendió las pastillas, en ese momento fue detenida infragante, para no ser trasladada a la cárcel tuvo que pagar una fianza.

Después de todo esto la mujer recibió amenazas de la persona que le vendió los medicamentos, difundiéndose así la noticia del aborto por toda la ciudad, también fue chantajeada por familiares, los médicos de la ciudad donde reside se enteraron de la ocurrido y no la tratan bien, cuenta la mujer.

Independiente de la decisión que se tomara judicialmente ya se sienta juzgada y condenada por la sociedad, “muchas personas me miran mal, recuerdan el caso y me tratan mal, me da miedo de ser juzgada por un crimen que no cometí, ya que es mi cuerpo y tengo derecho sobre el”

Según un estudio realizado 18 estados registraron unos 331 procesos por esta práctica de autoaborto, aborto que es provocado por la gestante o con el consentimiento de esta. En un 70% de los casos las mujeres son denunciadas por un profesional de la salud después de acudir a un hospital en busca de ayuda.

En los casos que no es el médico o el enfermero los que llaman a la policía para realizar la denuncia es algún familiar o un vecino.

Es sabido por todo el mundo que esta práctica existe, pero las mujeres que llegan al sistema judicial fueron denunciadas por alguien de su confianza, o de alguien que la debería cuidar y no juzgar, ¿al denunciar una paciente después de brindarle atención se estaría violando la ética médica?

Realizar una denuncia de este tipo viola el deber ético de sigilo de cualquier profesional de la salud, en los casos que se hallaron en esta investigación las denuncias fueron realizadas por médicos enfermeros y asistentes sociales, y los códigos médicos de estas 3 profesiones hacen énfasis en que es un deber ético mantener el secreto profesional, no solo al no revelar el hecho sino no entregando documentos.